viernes, 9 de marzo de 2007

Auster


El arte es inútil, al menos comparado con, digamos, el trabajo de un fontanero, un médico o un maquinista, pero ¿qué tiene de malo la inutilidad? ¿Acaso la falta de sentido práctico supone que los libros, los cuadros y los cuartetos de cuerda son una pura y simple pérdida de tiempo?” En las sociedades modernas se da una extraña contradicción entre esa vorágine de consumo sin sentido y la aparente necesidad de dotar de significados sustantivos a la labor artística. En la levedad del arte está su grandeza y eso es algo que Auster predica en cada uno de sus libros.


Parece imposible hablar de Auster sin incluir en la misma frase la palabra azar, aunque quizá haya que hablar de contingencia "Somos permanentemente víctimas de contingencias cotidianas. Nuestras vidas están hechas de accidentes. También me interesan mucho los accidentes que no llegan a producirse. La casualidad existe..." y los golpes de suerte y la falta de certezas...


Quizá el éxito de Auster está precisamente en darnos la posibilidad de imaginar que nosotros, al igual que la mayor parte de sus personajes, inmersos en vidas monótonas, “normales” también podemos ser protagonistas de un giro inesperado que haga que nuestro universo se modifique sustancialmente; Porque los viajes de Auster son viajes que cuestionan la esencia de sus personajes ¿Quiénes son? o mejor dicho, Quiénes no son


Sus claves literarias son recurrentes (ausencia del padre, escritor protagonista y normalmente frustrado, Brooklyn como escenario) y sin embargo consigue relatos siempre originales con una estructura narrativa fascinante. Su magía es más la de los juegos de cartas que la de los grandes ilusionistas (al estilo David Copperfield)
Lo cierto es que su prolífica obra se ha convertido en objeto de culto “indie” y desde hace ya algún tiempo su nombre ha entrado con fuerza en los circuitos comerciales estándar convirtiéndose en un autor mediático. Aunque su estrella decaiga en el futuro, de hecho muchos ya le acusan de haberse convertido en un producto, a mí me pasará como con Woody Allen, que nunca faltaré a la cita con sus obras.


Obras recomendadas: Leviatán, La Música del azar, El libro de las ilusiones, La trilogía de Nueva York, Brooklyn Follies,...