jueves, 6 de diciembre de 2007

Guerra de Sexos


La llamada "Guerra de sexos" esa que hace que la distancia entre X e Y parezca siempre insalvable, esa misma que hace cierta la frase de Jean Paul Sartre " Hemos venido al mundo para no entendernos,y si alguna vez nos entendemos es porque hay un mal entendido" se ha trasladado al celuloide de manera recurrente a lo largo de su historia, y como en todas las temáticas, con éxito dispar. Ejemplos actuales de películas que siguen esta línea serían "Separados" de Jennifer Aniston y Vince Vaungh o "¿En qué piensan las mujeres?" protagonizada por Helen Hunt y Mel Gibson, pero a mi me gustan dos especialmente:

"La Costilla de Adán". Aquí la pareja Hepburn-Tracy son un matrimonio de abogados que se ve envuelto en la defensa y acusación (respectivamente) de un caso complejo: Una mujer ha intentado asesinar a su marido mientras se encontraba en casa de su amante, y aquí comienza el baile para ese hasta entonces ejemplar matrimonio que son Adam y Amanda Bonner. El enfrentamiento dialéctico es constante y brillante, gracias a un magnífico texto firmado por la pareja de guionistas formada por Ruth Gordon y Garson Kanin, y que se enmarca dentro de un enfoque igualitario, especialmente en lo que concierne a la ley. El feminismo aparece sin tapujos, y conociendo a la Hepburn esto no es de extrañar. El personaje de Amanda ve en el caso la oportunidad de dar resonancia a la causa feminista para por fin alcanzar la igualdad. Aunque cae en muchos tópicos, hay que tener en cuenta que la película es de 1949 y es de agradecer que ponga de relieve lo patriarcal de la sociedad y el trato privilegiado que se daba a los hombres bajo el supuesto de "defender el honor" La Costilla de Adán pasa por ser uno de los títulos de la comedia americana por excelencia, donde tiene un hueco de honor al lado de por ejemplo; "Historias de Filadelfía" (otra de la Hepburn y Cukor)


La otra es "La maldición del escorpión de Jade" Me encanta el cine de Woody Allen, no lo puedo remediar, y muy especialmente en su vertiente más cómica como "Misterioso asesinato en Manhattan" o esta misma. La película vuelve a situarse en los años 40, época idealizada por el autor y en la que ha situado varios de sus films, pero no es sólo un homenaje a ese cine negro de mitad de siglo con sus héroes a lo Bogart, que constituye la edad dorada de Hollywood; sino que es reflejo de un combate de género (cómico, por supuesto) de ese feminismo incipiente que se hizo patente durante la década. Desde ese momento no sólo habrá en el cine un héroe duro, una femme fatale y una dulce e inocente jovencita, aparece en escena una mujer capaz de hacer de contrapeso al héroe,una mujer independiente y mordaz. Y esto es "La maldición del escorpión de Jade", aderezado por la historia detectivesca y la magia, otro de los elementos favoritos de Allen. Lo mejor de la cinta es la soberbía actuación de Helen Hunt.